Aires acondicionados y lavarropas, al igual que heladeras y lámparas, llevan desde 1990 una etiqueta obligatoria que certifica su nivel de eficiencia energética en una escala que va de la G (para lo más gastador) a la A (para lo más ahorrativo). Pero el progreso técnico fue tal que la medición quedó obsoleta y ahora va a actualizarse.
Hoy, por ejemplo, ya no se pueden vender aires con etiqueta menor a A para el modo frío y menor a C en calor. Y los nuevos equipos Inverter, mucho más eficientes, aparecen como A igual que los demás sin esa tecnología. Similar, en lavarropas ya no pueden fabricarse artefactos menores a B y la clase A empezó a superpoblarse.
Por esto, el Gobierno le pidió al Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) que actualice las normas para definir nuevas escalas de eficiencia, proceso que ya está avanzado. "Se prevé suprimir las clases que ya no están permitidas y sumar tres nuevas: A+, A++ y A+++, como ya se hizo con las heladeras, contó Pablo Paisan, gerente de Normalización de IRAM.
Para saber qué aire de clase A aprovecha mejor la energía, “el comprador debe mirar el índice de eficiencia que figura en las etiquetas y elegir el que tenga el número mayor, responde Guillermo Curi, director de certificación de IRAM.
Al elegir entre varios lavarropas clase A, hay que fijarse en otras dos escalas que figuran en la etiqueta : la eficacia para remover manchas y para centrifugar. Los con A en las tres mediciones son los mejores.